viernes, 27 de mayo de 2011

"APRENDIENDO EN CABEZA AJENA"

2 Crónicas 26 y 27

Dice un proverbio popular “Nadie aprende en cabeza ajena” refiriéndose al hecho de que tenemos que forzosamente sufrir ciertas experiencias para poder aprender de ellas. Esta frase aunque tiene sabiduría, no puede ser totalmente cierta, porque sí podemos aprender de lo que otros han experimentado sin necesidad de vivir las desavenencias en carne propia.

El reino de Judá había sido gobernado por Joás, luego por Amasías y después por Uzías. En la historia de la familia real podemos observar un patrón de conducta que se repitió por tres generaciones: El rey novato ascendía al trono, inseguro e inexperto buscaba la ayuda de Dios, el Señor lo apoyaba y se convertía en un gobernante destacado y próspero, pero cuando el rey se sentía muy seguro en el poder, hacía a Dios aun lado;como consecuencia natural venía el debacle personal y del reino. No obstante de este hecho, la evaluación que hace el cronista es favorable, en general fueron “buenos” reyes, aunque sin acabar de convencer. En esta oportunidad veamos una semblanza del reinado de Uzías y la sucesión del trono en favor de su hijo Jotam.
Uzías comenzó a reinar cuando tenía 17 años, “E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho Amasías su padre. Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días que buscó a Jehová, él le prosperó.” V.26:4-5 Fortificó ciudades, fomentó la agricultura y ganadería, tuvo éxitos militares, hubo avances tecnológicos (tuvo gente que inventó y construyó maquinaria militar), en fin, le fue bien mientras buscó a Jehová, pero… Dejó llevarse por su soberbia y orgullo, pues quiso ofrecer sacrificio en el templo, desobedeciendo el mandato de Dios, quien había ordenado que solo los sacerdotes debieran ofrecer incienso en el lugar santo; Uzías intentó hacerlo a la fuerza contra la oposición sacerdotal, la consecuencia es: enfermó de lepra de manera espectacular en el mismo acto fallido.
Debido a esa dolorosa y contagiosa enfermedad, el rey tuvo que ser recluido en arraigo sanitario de por vida, supervisado precisamente por los sacerdotes, a quienes intentó usurpar. ¡Qué fuerte lección para el orgulloso rey! Este hecho obligó a que Jotam, el príncipe heredero dirigiera el país como regente hasta la muerte de su padre y después fuera coronado rey. “E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho Uzías su padre, salvo que no entró en el santuario de Jehová. Pero el pueblo continuaba corrompiéndose.” V27:2
Reflexionando:
• En nuestras familias tenemos patrones de conducta que repetimos por generaciones, algunos son saludables y dignos de perpetuar como lo hizo Jotam; pero hay otros que son muy patológicos y difíciles de erradicar, pero es posible hacerlo, como Jotam. Identifiquemos ambos tipos de patrones y hagamos algo al respecto.
• Jotam tuvo que tratar asuntos del reino con su padre viéndolo sufrir y ser consumido por la lepra; el príncipe sabía la causa de la enfermedad y aprendió de esa experiencia ajena, pues nunca perdió el piso ni se apartó de Dios. Aprendamos de experiencias ajenas sin criticar y con respeto.


TRANSFORMADOS PARA SERVIR
JOSÍAS I.G.G.

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