jueves, 26 de mayo de 2011

"¡COMO CUESTA OBEDECER!"

2 Crónicas 25–26

Todos sabemos que debemos obediencia sana a nuestros padres, a nuestros jefes, a otras autoridades y a Dios, ¡pero como cuesta ser obediente! Como en todo, para obtener ganancias hay que invertir, hay que pagar el costo de la obediencia para cosechar sus frutos.


Amasías, rey de Judá estaba listo para trabar batalla contra el reino de Edom, contaba con un ejército de 300,000 hombres de su propio reino, más 100,000 soldados de Israel a quienes había contratado por un equivalente en 3,300 kilos de plata. “Mas un varón de Dios vino a él, y le dijo: Rey, no vaya contigo el ejército de Israel; porque Jehová no está con Israel, ni con todos los hijos de Efraín. Pero si vas así, si lo haces, y te esfuerzas para pelear, Dios te hará caer delante de los enemigos; porque en Dios está el poder, o para ayudar, o para derribar. Y Amasías dijo al varón de Dios: ¿Qué, pues, se hará de los cien talentos que he dado al ejército de Israel? Y el varón de Dios respondió: Jehová puede darte mucho más que esto.” V.7-9
El rey había entendido que Dios no quería que esos 100,000 hombres de Israel lo acompañaran en la campaña militar, pero ‘le dolía el codo’ al perder los 100 talentos de plata que había gastado para la contratación de mercenarios. Muy a su pesar, puso en la balanza el caso conforme al dicho del varón de Dios: si iba con sus soldados a sueldo, estos desquitaban su salario peleando en la guerra, es decir, no perdía su dinero pero perdería la guerra; si obedecía a Dios y despedía a los de Israel, perdía sus 100 talentos pero ganaba la guerra. Amasías optó por obedecer Dios y el resultado fue una victoria contundente sobre Edom. Aunque también hubo una parte dolorosa de la historia, los soldados de Israel que fueron despedidos, atacaron algunas ciudades fronterizas de Judá, donde mataron a 3,000 habitantes y saquearon las poblaciones;este fue otro precio que Amasías tuvo que pagar; pero mucho ojo, este costo no fue por ser obediente, sino por rebelde al buscar como colaboradores a gente sin escrúpulos.
Lamentablemente Amasías parece que olvidó pronto la buena lección, después de esta victoria, cometió una serie de tonterías que si vienen al caso mencionar, pero el espacio se me ha acabado, solo leamos el versículo que narra el triste final que tuvo por dejar de obedecer. “Desde el tiempo en que Amasías se apartó de Jehová, empezaron a conspirar contra él en Jerusalén; y habiendo él huido a Laquis, enviaron tras él a Laquis, y allá lo mataron;” V.27
Reflexionemos:
• La obediencia a veces es costosa, pero la rebeldía cuesta más.
• Probablemente lo más difícil de la obediencia es doblegar nuestro orgullo al aceptar la instrucción de otra persona.
• Siempre obedecemos a algo o a alguien, a nuestras pasiones, a los cuates, a nuestro orgullo, a la moda, quizá al diablo o a Dios.Y tú ¿A quién obedeces?
• Mejor obedezcamos a Dios y a quienes puso sobre nosotros como autoridad aunque nos cueste, vale la pena la inversión.


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